Calle San Carlos
La calle Sant Carles conectaba la calle Mayor o Real con el cuartel de Sant Carles. En 1931 el cuartel es derribado quedando una plaza despejada y extensa lo que se interpreta mejora importante para la Barceloneta del momento. La calle Sant Carles se transforma con el tiempo en un eje cultural del barrio conectando equipamientos como la CB1761, la Fraternitat o el Centre Cívic
¿Qué visitamos?
Casa de la Barceloneta 1761
Sant Carles, 6
Este edificio contruido en 1761 responde a la tipología original de las viviendas de la Barceloneta que se componía de planta baja y piso. Su aspecto exterior también tenía una estética similar en todos los edificios: una puerta central dos ventanas, una a cada lado de la planta baja, y dos ventanas y un balcón central en el piso superior rematado por un pequeño frontón triangular.
Hacia 1864 este edificio se empieza a plantear como espacio ligado con actividades comerciales relacionadas con la provisión para barcos, e incluso como fábrica de chocolate. Así consta en el permiso que pidió Sebastiana Fortuny que quería rotular convenientemente la fachada de su tienda ofreciendo todos estos servicios.
La Fraternitat
Santa Clara, 8-12
En 1879, en una tienda en la calle Pescadors 39, acordaba fundar una sociedad cooperativa de consumo bautizada como la Fraternidad. En 1897 decidieron trasladarse a un nuevo local de planta y piso. El edificio, situado en la calle Sant Carles, había sido una fábrica de galletas para barcos, un curioso producto que era, en realidad, una especie de pan desecado de larga duración que soportaba sin problemas las largas travesías en las bodegas de los barcos.
La Fraternidad fue creciendo desde los primeros momentos. Hacia 1917, se decidió derribar el edificio y construirlo de nuevo. El 31 de octubre de 1918 se inauguró oficialmente la nueva sede con la forma del emblemático edificio de Francesc Guàrdia i Vial que ha llegado hasta la actualidad. El edificio y su uso social resistieron bastante bien los bombardeos de la guerra civil. La idea fue siempre continuar como parte de la vida social del barrio y así se hizo hasta entrados los años 70 pero el movimiento cooperativo, inevitablemente, ya se había convertido en historia.