Torre de Sant Sebastià
El transbordador aéreo de San Sebastián a Miramar empezó a funcionar el día 11 de septiembre de 1931. A la gran inauguración asistieron las más altas autoridades, que quedaron encantados con el espectacular viaje San Sebastián – Miramar en 9 minutos.
Las dos estructuras metálicas que sostienen el transbordador, las torres San Sebastián y Jaime I, muy del estilo de la francesa Torre Eiffel, en principio formaron parte de una ambiciosa idea del creador de las fuentes iluminadas de Montjuïc , Carlos Bohigas. Cuando Bohigas renunció al proyecto se hizo cargo del diseño definitivo y la ejecución de las obras el ingeniero Joan Deulofeu. El primer problema fueron los cimientos que requirieron 13 metros de profundidad para buscar apoyo más abajo de los arenales de la antigua playa para mantener la estabilidad de la obra.
La torre situada en la Barceloneta, bautizada como Torre San Sebastián por su proximidad a los baños, se levantó con la respetable altura final de 78 metros. Para facilitar el ascenso a los usuarios, se dotó de un moderno ascensor que fue el más rápido de Barcelona durante años. Una vez arriba una sala de espera – mirador con modernos telescopios eran la antesala del viaje. Un cable carril con capacidad para soportar hasta 200 toneladas unía las tres estaciones.
En 1938, dos años después del estallido de la guerra civil, las cabinas dejaron de funcionar, los constantes bombardeos no invitaban mucho a pasear por el puerto y mucho menos a subir al teleférico. Una vez terminados los combates en lugar de volver a abrir las instalaciones se ordenó retirar los cables y se cerraron los accesos.
Durante años se realizaron diferentes intentos por volver a reabrir esta atracción panorámica, pero hasta el 20 de mayo de 1963 no volvió a abrir sus puertas al público. En 1998 se llevó a cabo una completa rehabilitación de la torre San Sebastián y el resto de las instalaciones devolviéndole así el esplendor perdido hacía años.