Torre de aguas de la Catalana de Gas
En 1840 el Ayuntamiento de Barcelona decidió introducir el alumbrado de gas para la vía pública y los edificios de la ciudad. La primera concesión para fabricar gas en Barcelona fue suscrita con Charles Lebon el 14 de junio de 1841, por quince años.
La Sociedad Catalana para el Alumbrado por Gas instaló su fábrica en la Barceloneta, junto a la antigua puerta del señor Carlos. La fábrica tenía ocho hornos de carbón y tres grandes gasómetros. A principios del s. XX el conjunto fabril fue ampliado y la necesidad de un mayor volumen y presión de agua hizo necesaria la construcción, entre 1905 y 1906, de una torre de aguas. El arquitecto Josep Domènech i Estapà, que ya había construido la sede de la Catalana de Gas en el Portal de l'Àngel, se encargó de diseñar esta torre a caballo entre el eclecticismo y el modernismo. Junto a este edificio, también construyó varias dependencias de oficinas y otras instalaciones, cuyas obras se prolongarían hasta 1909.
El procedimiento de fabricación del gas consistía en la carbonización de la hulla hasta que en 1964 este sistema fue abandonado con la inauguración de unas instalaciones más modernas, que obtenían el gas de naftas lleugeras. En 1971 el gas natural se incorporó al proceso productivo del gas y, a partir del 31 de marzo de ese año, la fábrica dejó de producir gas manufacturado y se clausuraron los gasómetros e instalaciones tradicionales. Por último, en 1986, la Catalana de Gas, mediante un acuerdo con la Corporación Metropolitana de Barcelona, cedió los terrenos a la ciudad para usos cívicos.
La torre del agua, así como un gasómetro y el edificio de oficinas, es el último testimonio de la existencia de este conjunto industrial, que fue derribado en 1989 durante el proceso de reforma del barrio previo a los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992. Desde ese momento, la parcela de la antigua fábrica sería convertida en el nuevo parque de la Barceloneta, inaugurado en 1996 que es la gran zona verde más cercana.