Meson Barceloneta

De este edificio, hoy día conocido como Mesón Barceloneta, y del próximo arranca la historia de la formación del barrio. En estos terrenos se mandó construir dos edificios el administrador de rentas Domingo Fernández del Monte por cuenta de la hacienda real en 1753 como ejemplo para la construcción para el resto de construcciones del barrio.

Hacia 1875 los propietarios de la Barceloneta plantean cambios en el diseño de la urbanización del antiguo paseo Nacional para realizar una vía principal, la idea era enlazar por fin la Barceloneta con Barcelona. La ordenación definitiva del paseo no será hasta 1925, año en que los patios frente a los edificios del paseo se considerarán como edificables. Esto provocó una chocante diversidad de alturas, ya que, inicialmente, unos propietarios simplemente cubrieron los patios mientras otros irán edificando añadiendo más pisos. Las edificaciones de hasta seis plantas, finalizada la Guerra Civil, se convirtieron en la norma.

Las casas de comida empezarán a ocupar los espacios avanzados, lo que se convertirá en seña de identidad del barrio. Durante la Guerra Civil el restaurante Perú, antigua denominación del Mesón Barceloneta, ya aparece en la prensa en los años 30 participando de la suscripción en favor de las víctimas de la guerra.

Manuel, natural de Teruel, llegó a Barcelona en los años previos a la Guerra Civil con su humilde familia. Se especializó como cocinero en empresas tan relevantes como el Hotel Ritz y las cocinas de los trenes de la compañía Wagon Lits. A inicios de los 40 cogió el bar/restaurante PERÚ. Enseguida, las buenas artes en los fogones de Manuel y su esposa Vicenta le dieron un amplio reconocimiento y con clientela que bajaba a la Barceloneta para las comidas de fin de semana, sin dejar de atender, también como bar diario de vecinos y trabajadores, y comidas de celebraciones familiares. Además, con una relevante oferta de vinos no tan típicos en otros locales de restauración de la zona.

En 1961 Manuel se atreve a ampliar el negocio, montando el Hostal Marina Folch, que después pasó a ser hotel en la calle del Mar, 16, ya que su creciente fama atrae a marinos mercantes y portuarios a residir largas temporadas en el barrio por proximidad al Puerto. En aquellos años 60-70 el equipo de Manuel y su hijo Félix en la cocina eran muy bien considerados, destacando su reconocido y original bacalao Josephine Baker con almendras. También era muy apreciado su trato familiar con los clientes y los portuarios en particular que pedían sus sombreros matinales o las farolas (menta con ginebra).

Ya hacia los 70, toma las riendas su hija Conchita, con la ayuda de su marido Pepe, quien compaginaba su trabajo en el Puerto de Barcelona, ​​ayudando cuando podía en el negocio familiar. Es en esta década en la que la Barceloneta vive uno de sus años gastronómicos dorados.
Más adelante, la siguiente generación, con la hija de Conchita y Pepe, M. Ángeles, que sigue la saga familiar y crecimiento del restaurante. Sumando su experiencia al conocimiento de José Luís, también cocinero, pasó a ser su marido. Es entonces cuando en los 80 se adecuan más los salones para celebraciones (especialmente, comuniones) y convites de grupos.

Ahora, ya en esta última década de los 2010-20, sus hijas, Cristina y Sonia le han ido dando su toque personal y teniendo una de las terrazas más acogedoras del Pg. Joan de Bor-bó (el nuestro para siempre Paseo Nacional). En 2015 el restaurante Perú pasa a denominarse Mesón Barceloneta como símbolo de su vinculación con el barrio.

Desde 1940, la familia del Meson Barceloneta nos hace disfrutar con su cocina marinera de calidad, tapas como la tradicional bomba de patata típica del barrio y un amplio abanico de posibilidades gastronómicas, para los clientes vegetarianos, veganos y sin gluten.