(Re) Nace la ACIB 1991-2003
A finales de los años 80, a nivel urbanístico, el planeamiento olímpico pone de nuevo a la Barceloneta en el punto de mira. De nuevo un sector comercial, los chiringuitos de la playa, serán el punto central de las reivindicaciones de ACIC ante la amenaza de remodelación del sector marítimo que comportará su desaparición.
Las instalaciones gastronómicas en la playa, presentes ya alrededor de 1929, habían puesto en el mapa la gastronomía de la Barceloneta con un creciente éxito. En 1988 la ley de Costas española insta al derribo y ordenación del frente marítimo. Los afectados comienzan a movilizarse y se reúnen en ACIC donde acabarán constituyendo, con su apoyo, la Coordinadora de los Chiringuitos de la Barceloneta para defender los negocios afectados. Finalmente, los 18 negocios afectados, a pesar de las alegaciones y los intentos de mantener de alguna forma la oferta gastronómica, fueron derribados por la piqueta del Mopu en 1991. La lucha por salvar a los chiringuitos con Camilo Costa y Antoni Miquel al frente se saldó con una derrota ya que el nuevo planeó se había propuesto abrir la ciudad al mar.
Las operaciones urbanísticas, iniciadas con motivo de la designación olímpica, no se detuvieron y el barrio cambió externamente de fisonomía con la supresión de las barreras que le separaban de la ciudad como la desaparición del ferrocarril.
En el año 1995 con la urbanización del primer tramo del Paseo Marítimo, se inició la regeneración de la playa de la Barceloneta entre la plaza del Mar y la calle de Almirante Cervera (la playa de San Sebastián), y rápidamente se integró en la vida cotidiana del barrio de la Barceloneta abriendo la Mirada hacia el sector que empezaba a tener cada vez más peso en la asociación: la restauración.
Así, en los años 90, llenos de cambios en el tejido del barrio, serán claves para la Barceloneta y para la entidad que inicia una renovación imparable. Antoni Aguilera dimite y deja paso a Josep Pérez Nieto que será clave para renovar e impulsar la entidad en clave cultural. También, durante este período, encontraremos que Marta Avizanda, Inma Labori y Carme Tomàs entrarán para formar parte del equipo directivo.
En 1993 la entidad dejó su local en Balboa 11, que será derribado para construir la sede de la escuela de adultos y Bienestar Social. Las negociaciones con Procivesa y el Ayuntamiento por estos cambios acabarán llevando a la entidad a una sede de planta baja en Sant Miquel, 28. Pero a pesar de los acuerdos iniciales para garantizar una sede adecuada a pie de calle, éste será el inicio de diferentes cambios de ubicación.
Los 90 llevarán también una modificación importante la ACIC pasará a ser la Agrupación de Comerciantes e Industriales de la Barceloneta perdiendo la palabra cultural de sus siglas. Nace la ACIB.
El rebranding irá unido a otros cambios y se empezó a hablar del Barri Mariner ya promocionarlo, no sólo comercial sino con rutas de tapeo y gastronomía, con intención de impulsar una valorización positiva del territorio destacando sus mejores activos. La Campaña quería romper con la imagen de espacio degradado y dotarlo de contenido cultural.
Los boletines
Desde su fundación la ACIB apuesta por el formato boletín como forma de comunicación con el asociado. En 1953 se hace la primera propuesta, que encalla con el proceso que implica en aquellos momentos legalizar una publicación, pero seguirán más intentos.
Para los vuelos de 1994 encontramos publicaciones como Gastronáutico, y en 1995 Barceloneta Barri mariner.
Ya hacia 2004 se iniciará la publicación de un boletín interno dirigido a los socios InfoAcib.
La profesionalización
En 1999 la firma de un convenio con el Ayuntamiento, siendo concejal Joan Fuster, comportará la profesionalización de las tareas de oficina y el nacimiento del punto de información turístico y cultural de Acib. El acuerdo para tener abierto el punto de información turístico comportará un nuevo traslado de sede a la calle Sant Miquel, 43. Este nuevo espacio será oficina pero tendrá que realizar la doble tarea de dar información al socio ya aquellos visitantes que empiezan a llegar a la Barceloneta y contará con un dinamizador que también será informador de Antoni Perez.
Las acciones culturales
En 1991 la vocalía de cultura de la Agrupación de Comerciantes e Industriales de la Barceloneta se propuso recuperar la tradición gigante. Juntos buscaron los elementos simbólicos que identificaban a la Barceloneta y éstos, finalmente, se convirtieron en gigantes y gigantes: una pescadera, un pescador y la Torre del Reloj del muelle de Pescadors. Luego encargaron su construcción a Xavier Jansana. Con posterioridad y con el objetivo de dotar de estructura y organización a la Colla crearon la Asociación de Geganters, Grallers y Bestiari de la Barceloneta. Los miembros de la ACIB dedicaron todo un verano a recorrer todos los establecimientos del barrio explicando el proyecto y ofreciendo al establecimiento o vecino del barrio la posibilidad de tener un diploma que le acreditara “Padrino de Honor” de los Gigantes de la Barceloneta haciendo una aportación económica Las colaboraciones que se recibieron superaron las expectativas del ACIB.
Así nacieron no sólo Pep Barceló y María la Limpia o la Torre del Reloj, también algunos cabezudos como el cocinero Ramonet o Ganxut. Con el tiempo se añadió la figura de la Tarasca.
Alrededor de 1995 el Acib que había sido la cuna para la creación de los gigantes firma un protocolo de colaboración, renovable anualmente, entre el Acib y la Colla de Geganters de la Barceloneta en él consta que se cede la gestión de los elementos festivos a la asociación de Geganters Graellers y Bestiari a cambio de promover la Acib.
Por otra parte, la Sección cultural también impulsó la diadita una muestra de las asociaciones del barrio e intentaron crear una federación de entidades aunque no se acabó de consolidar. También se continuó trabajando activamente por la Fiesta Mayor con la edición e impulso de los Programas Festivos.