Fabricado en la Barceloneta
Fabricado en la Barceloneta
En el S.XIX el barrio sigue viendo aumentar su población bajo los auspicios de una industrialización emergente. La facilidad de las comunicaciones por la proximidad del Puerto y el Ferrocarril, así como el hecho de encontrar fuera murallas, que ayuda a eludir la prohibición de instalar industria peligrosa, hacen del barrio marinero un lugar idóneo donde ubicar las industrias. Así encontramos grandes empresas como la Nueva Vulcano, la Maquinista Terrestre y Marítima, Catalana de Gas y también más modestas en sus inicios como la Fragua Lacambra o los Talleres Escuder, famoso por fabricar las primeras máquinas de coser.
Numerosos industriales no dudarán a trasladar sus fábricas a espacios más amplios pero en ocasiones mantendrán el despacho de venta o almacén en la Barceloneta. Muchas veces fue habitual la convivencia de la administración de la Compañía, el almacén para la venta al mayor de sus productos, y un elegante despacho por la venta al por menor, también eran habituales las sucursales si tenían mucho éxito los productos fabricados.
Perfumes, licores, harina, galletas para barco, o instrumentos de astronomía de la fábrica y almacén de José Rosell fueron algunos de los muchos productos surgidos de nuestro paisaje industrial, mercancías que tenían en muchas ocasiones grabado el nombre de la Barceloneta como el lugar de su fabricación.
Paralelamente a la prosperidad del sector industrial surge el cooperativismo que también genera un movimiento comercial alternativo. Entidades pioneras, como por ejemplo la Cooperativa Obrera la Fraternidad, tenían una tienda por los socios y llegaron incluso a crear su propia moneda para hacer las transacciones comerciales.