El comercio y las luchas vecinales 1970-1988

A finales de los años 60, coincidiendo con el ascenso de la carrera política de Alfons Cánovas en el Ayuntamiento, que acabará entrando a formar parte del equipo consistorial como independiente, se reorganiza la Junta Directiva y el nuevo presidente será David Abizanda Bardají.

Durante esta etapa el barrio comienza a gestar profundos cambios y una nueva entidad con una renovada mirada hacia el asociacionismo se acabará abriendo paso bajo las siglas de Asociación de Vecinos de la Barceloneta. Los 70 serán años de luchas vecinales.

La aparición del Pla de la Ribera y los movimientos urbanísticos con intención de revaluar los terrenos de los espacios industriales y transformarlos en fincas valoradas supondrá una fuera oposición de los industriales y vecinos afectados.

Acic intentará ser parte del movimiento vecinal integrándose en la nueva entidad que se está constituyendo pero no acabará de conseguirlo. La desconfianza vecinal hacia las intenciones de ciertos sectores comerciales hará que les acusen de estar posicionados a favor del Pla de la Ribera.

Supuestamente el clima de impopularidad entre los vecinos es el que hace que en el 71 el Pla de la Ribera sea sustituido por el “Plan del Sector Marítimo Oriental” que alejó el fantasma de las remodelaciones centrándose más en el Poblenou.

A nivel estructural si en 1953 en las filas del Acic encontrábamos todo tipo de comercio y referentes industriales entre los asociados, como la Maquinista Terrestre y Marítima y los Talleres Vulcano, en los años 70 la panorámica empieza a cambiar radicalmente. Los nombres vinculados al control político, como el de Ayxelà, acaban por desaparecer del listado de asociados y también causarán baja los nombres vinculados a las grandes industrias o los centros de servicio y reparación ligados a la navegación. Por otro lado, los restauradores y propietarios de los chiringuitos, los comercios y pequeños talleres serán los asociados más activos.

Alrededor de 1976 se aprueba el Plan General Metropolitano (PGM), la primera herramienta de regulación urbanística que supuso un freno regulando el sol y sus usos.

El Estudio previo a la remodelación de la Barceloneta de 1978, apoyado por la AAVV Barceloneta, fue un punto de inflexión. Este estudio abrió la puerta a recuperar los espacios industriales, como la Maquinista Terrestre y Marítima, con el objetivo de dotar al barrio de equipamientos y vivienda social. Acib quedará relegado en segundo término en todo este proceso pero en este estudio el sector comercial e industrial será analizado profundamente por expertos independientes.

El sector industrial, cada vez más en decadencia, se transformará en objetivo vecinal, ya que los terrenos antes ocupados por usos industriales se verán por parte de los sectores vecinales como una oportunidad para mejorar el parque de viviendas y equipamientos. Con el estudio vecinal en la mano el Ayuntamiento democrático se encontró con el reto de poner en marcha las propuestas presentadas.

En febrero de 1982 encontramos la renuncia de Avizanda como presidente de la ACIC y de nuevo es Alfons Cánovas quien se hace cargo de la Agrupación. La entidad, que se encuentra en una situación de baja actividad, necesita un proceso de reorganización que pasa por un ejercicio de revisión de las cuotas que se fijarán en 200 pts de la época.

Por otra parte, Alfons Cánovas, en esta ocasión, se plantea su regreso como transitorio y lo hace a través de una Comisión Gestora que tendrá como tarea principal poner de nuevo en marcha la entidad.

Los retos serán reorganizar la asociación que se encuentra con todo el sistema administrativo detenido y con un local, en Balboa número 11, con graves problemas estructurales.

A pesar de la disminución de actividad en 1982 en el local de Balboa 11 se realiza una exposición sobre el Peri, Plan Especial de Reforma Interior de la Barceloneta.

El PERI, que finalmente se aprobó en 1986, será un instrumento para frenar la degradación del barrio e iniciar su recuperación con una serie de actuaciones de reequipamiento y mejora urbana.

Por otro lado a nivel social, los años 80 estarán marcados por la crisis económica y los graves problemas de salud pública, con la venta y el consumo de drogas, que traerán inseguridad y reventa de productos sustraídos para poder consumir. Todas estas cuestiones serán la principal lucha y, hacia 1983, la entidad cumple 30 años en medio de una situación de inseguridad extrema que obligará al comercio a organizarse para mostrar su rechazo al tratamiento que se hace de la situación por parte de las administraciones. La Agrupació convocará a sus socios que se sumarán a una gran manifestación con cierre de tiendas para reclamar seguridad.

Alrededor de 1985 iniciará su presidencia José Manuel Pons la ACIC intentará reponerse y adaptarse a la nueva situación proponiendo adoptar el nombre de Asociación de Industriales, Comerciantes y Vecinos de la Barceloneta.

La Barceloneta, durante este período, también empezará a convivir con una gran afluencia de visitantes y se reclamó la pacificación del tráfico los fines de semana. La administración recogerá las quejas vecinales y se empezará a planear del cierre de las calles al tráfico, lo que no gustará a los comerciantes afectados.

Alrededor de 1988 Antoni Aguilera será el nuevo presidente y el encargado de pedir que se hagan las obras de reacondicionamiento del local ya que la sede de Balboa 11 se encuentra cada vez en peor situación.

Por la nueva junta de la entidad, a finales de los años 80, la delincuencia y la inseguridad continuarán siendo dos de los temas que generan una mayor preocupación.